BIOGRAFÍA DE JOHN BOWLBY
Miembro del Grupo de los Independientes, especialista en psiquiatría infantil y director de la prestigiosa Tavistock Clinic de Londres, John Bowlby fue una de las principales figuras del movimiento psicoanalítico inglés. Nacido en una familia de la gran burguesía inglesa, era nieto de un célebre periodista del Times. Después de haber sido interno desde los ocho años, fue alumno del Colegio Naval de Dartnorth, y luego estudió psicología y ciencias naturales en Cambridge. A continuación trabajó como maestro de escuela, antes de volver a la universidad para estudiar medicina. Analizado por Joan Riviere, controlado por Nina Searl y Ella Sharpe, se convirtió en miembro titular de la British Psychoanalytical Society
(BPS) en vísperas de la Primera Guerra Mundial. Melanie Klein controló su primer análisis de niños. En 1940 comenzó a publicar sus trabajos sobre niños, las madres y el ambiente, oponiéndose a la perspectiva puramente psíquica de la escuela kleiniana. En efecto, Bowlby atribuía una gran importancia a la realidad social, y tomaba en cuenta la manera en que el niño había sido educado. Su enseñanza lleva el sello de tres nociones: el apego, la pérdida y la separación.
Después de 1950 le dio a su doctrina un contenido cada vez más biológico, comparando el comportamiento humano con el de las especies animales. En este sentido, en razón de su interés constante por la etología y la biología según Darwin, fue acusado de ignorar el inconsciente. A partir de 1948 dirigió una investigación acerca de los niños abandonados o privados de hogar, y los resultados tuvieron repercusiones mundiales sobre el tratamiento psicoanalítico del hospitalismo, la depresión analítica y las carencias maternas, así como en la prevención de las psicosis. En 1950 fue designado consultor de la ONU, donde sus tesis desempeñaron un papel considerable para la adopción de una declaración mundial de los derechos del niño. Un año más tarde publicó su informe, Maternal Care and Mental Health, en el cual demostró que la relación afectiva constante con la madre es un dato fundamental de la salud psíquica del niño. Al final de su vida, siempre apasionado por la biología y la etología, escribió una biografía de Charles Darwin (1809-1882). Estudió minuciosamente la primera infancia del sabio, sus enfermedades psicosomáticas, sus dudas y sus depresiones, trazando al mismo tiempo un cuadro vigoroso de la época victoriana y de las reacciones que suscitó en Inglaterra la revolución darwinista.
LA TEORÍA DEL APEGO
El modelo propuesto por Bolwby se basaba en la existencia de cuatro sistemas de conductas relacionados entre sí: el sistema de conductas de apego, el sistema de exploración, el sistema de miedo a los extraños y el sistema afiliativo. El sistema de conductas de apego se refiere a todas aquellas conductas que están al servicio del mantenimiento de la proximidad y el contacto con las figuras de apego (sonrisas, lloros, contactos táctiles, etc.). Se trata de conductas que se activan cuando aumenta la distancia con la figura de apego o cuando se perciben señales de amenazas, poniéndose en marcha para restablecer la proximidad. El sistema de exploración está en estrecha relación con el anterior, ya que muestra una cierta incompatibilidad con él: cuando se activan las conductas de apego disminuye la exploración del entorno. El sistema de miedo a los extraños muestra también su relación con los anteriores, ya que su aparición supone la disminución de las
conductas exploratorias y el aumento de las conductas de apego. Por último, y en cierta contradicción con el miedo a los extraños, el sistema afiliativo se refiere al interés que muestran los individuos, no sólo de la especie humana, por mantener proximidad e interactuar con otros sujetos, incluso con aquellos con quienes no se han establecido vínculos afectivos.
Por lo tanto, lejos de encontrarnos ante una simple conducta instintiva que aparece siempre de forma semejante ante la presencia de un determinado estímulo o señal, el apego hace referencia a una serie de conductas diversas, cuya activación y desactivación, así como la intensidad y morfología de sus manifestaciones, va a depender de diversos factores contextuales e individuales.
TIPOS DE APEGO
Ainsworth creía que estos niños mostraban un patrón saludable en sus conductas de apego. La responsividad diaria de sus madres les había dado confianza en ellas como protección, por lo que su simple presencia en la Situación del Extraño les animaba a explorar los alrededores. Al mismo tiempo, sus respuestas a su partida y regreso revelaban la fuerte necesidad que tenían de su proximidad. Este modelo ha sido Oliva Delgado, A Revista de Psiquiatría y Psicología del Niño y del Adolescente, 2004, 4 (1); 65-81 67 encontrado en un 65-70% de los niños observados en distintas investigaciones realizadas en EE.UU.
2. Niños de apego inseguro-evitativo:
Debido a su conducta independiente en la Situación del Extraño en principio su conducta podría interpretarse como saludable. Sin embargo, Ainsworth intuyó que se trataba de niños con dificultades emocionales; su desapego era semejante al mostrado por los niños que habían experimentado separaciones dolorosas.Las observaciones en el hogar apoyaban esta interpretación, ya que las madres de estos niños se habían mostrado relativamente insensibles a las peticiones del niño y rechazantes. Los niños se mostraban inseguros, y en algunos casos muy preocupados por la proximidad de la madre, llorando intensamente cuando abandonaba la habitación. La interpretación global de Ainsworth era que cuando estos niños entraban en la Situación del Extraño comprendían que no podían contar con el apoyo de su madre y reaccionaban de forma defensiva, adoptando una postura de indiferencia.
Habiendo sufrido muchos rechazos en el pasado, intentaban negar la necesidad que tenían de su madre para evitar frustraciones. Así, cuando la madre regresaba a la habitación, ellos renunciaban a mirarla, negando cualquier tipo de sentimientos hacia ella. Estos niños suponen el 20% del total de niños estudiados en EE.UU.
3. Niños de apego inseguro-ambivalente:
Estos niños se mostraban tan preocupados por el paradero de sus madres que apenas exploraban en la Situación del Extraño. Pasaban un mal rato cuando ésta salía de la habitación, y ante su regreso se mostraban ambivalentes. Estos niños vacilaban entre la irritación, la resistencia al contacto, el acercamiento y las conductas de mantenimiento de contacto. En el hogar, las madres de estos niños habían procedido de forma inconsistente, se habían mostrado sensibles y cálidas en algunas ocasiones y frías e insensibles en otras. Estas pautas de comportamiento habían llevado al niño a la inseguridad sobre la disponibilidad de su madre cuando la necesitasen. El porcentaje que los estudios realizados en EE.UU. encuentran de este tipo de apego ronda el 10%. Sin embargo, en estudios realizados en Israel y Japón se encuentran porcentajes más altos.
APEGO EN LA INFANCIA
Un aspecto muy destacado del comportamiento de estas madres tiene que ver con su actitud ante la conducta exploratoria del niño, ya que los estudios que han Oliva
Delgado, A Revista de Psiquiatría y Psicología del Niño y del Adolescente, 2004, 4
(1); 65-81 68 considerado este aspecto han hallado que tienden a intervenir cuando el niño explora, interfiriendo con esta conducta. Este aspecto, unido al anterior, aumenta la dependencia y falta de autonomía del niño, y sirve para explicar la percepción que el niño puede llegar a tener sobre el comportamiento contradictorio de la madre.
Algunos autores (Cassidy y Berlin, 1994) consideran el comportamiento de estas madres como fruto de una estrategia, no necesariamente consciente, dirigida a aumentar la dependencia del niño, asegurando su cercanía y utilizándole como figura de apego. Así, la no responsividad materna puede verse como una estrategia para aumentar la petición de atención del niño. Al igual que la inmadurez del niño aumenta la conducta de cuidados de la madre, la incompetencia de la madre aumenta la atención del niño a la madre, en una reversibilidad de roles.
En cuanto al comportamiento del niño, puede explicarse como una respuesta a un padre o una madre mínima o inestablemente disponible; el niño puede desarrollar una estrategia para conseguir su atención: exhibir mucha dependencia. Esta estrategia consistente en acentuar la inmadurez y la dependencia puede resultar adaptativa a nivel biológico, ya que sirve para mantener la proximidad de la figura de apego. No obstante, a nivel psicológico no resulta tan adaptativa, ya que impide al niño desarrollar sus tareas evolutivas. Esta misma estrategia de acentuación de la inmadurez se observa en otras situaciones, por ejemplo, ante el nacimiento de un hermanito.
REPERCUSIÓN EN LA VIDA ADULTA
Bowlby tenía claro un modelo interno activo o representacional del apego, lo cual consistía en las representaciones mentales de la personas y con otras, estos modelos derivan de las experiencias de interacción con los cuidadores por lo que permite identificar qué modelo de apego tendría el niño.
Este modelo representacional tiene una fuerte influencia con las relaciones sociales de las personas, es decir si la persona durante su infancia obtuvo una buena relación de apego sea con sus padres, cuidador y personas muy importantes esto puede demostrar responsabilidad y consistencia ya que tendrá seguridad y confianza a la hora de relacionarse y le será más fácil; para los sujetos que al contrario no obtuvieron una buena relación de apego su respuesta a las adversidades de la vida adulta no va a ser tan positiva, siempre va a tener en su mente una respuesta de rechazo o que no lo van a recibir bien en el círculo social en el que se encuentra. (Oliva Delgado, a Revista de Psiquiatría y Psicología del Niño y del Adolescente, 2004, 4 (1); pag. 65-81, 69).
Según autores como (Noller y Feeney, 1990) ellos indican según estudios que realizaron que las personas que tuvieron un bueno apego en su infancia, en la vida adulta su comportamiento amoroso van a ser más estable, expresara y recibirá confianza de pareja. La figura de apego se evidencia por la observación y el tacto es decir el juego de interacción que se tiene con el apego que lo hace verse más lúdico y esencial en las relaciones íntimas. (López, 1993).
Se diseñó un cuestionario denominado adulta attachment inventory (AAI), lo cual se aplica a los adultos para evaluar el interno activo de ellos, ( este cuestionario fue creado por George, Kaplan Y Main, 1985), las preguntas constan de experiencias de apego que recuerde de su infancia, como la interpretan y las elaboran, con este cuestionario loran determinar:
- Con las respuestas los padres son seguros en la interpretación de sus experiencias infantiles que sean tanto positivas como negativas. Esto correspondería a un tipo de apego seguro, estos padres demuestran su afecto y cariño hacia sus hijos.
- También se reciben respuesta de padres preocupados, son los que demuestran emociones a la hora de recordar sus experiencias infantiles e ira hacia sus papas; esto lo pueden también interpretar con sus hijos confusiones, agresividad e interferencias en la vida exploratoria de sus hijos.
- Expresan desinterés a las relaciones de apego durante su infancia, estos padres son rechazados; es decir no recuerdan mucho de momentos concretos con sus padres, no representa emoción sino frialdad y así mismo se demuestran con sus hijos.(Main y Hesse, 1990).
Se determina que la transmisión intergeneracional entre padres e hijos es un modelo interno activo depreciado desde la infancia y recordado posteriormente. Breterthon (1985) señala que no es importante el tipo de apego que tuvo el adulto durante su infancia si no como el adulto los recuerda y los interpreta con las experiencias. Bowlby (1951), propuso una hipótesis de que la falta de presencia de las madre en la infancia de su hijo le causa
depresión e incluso incapacidad para lograr establecer una vida adulta razonable.
La diferencia que se encuentra según la teoría del apego de la infancia a la adultez es que en la infancia es asimétrica (uno, otro es cuidado) a cambio en el adulto el modo de amar por ejemplo dependerá de los estilos de apego construidos. (http://repositorio.unican.es/xmlui/bitstream/handle/10902/865/BecerrilRodriguezE.pdf?sequence=1).
El tipo de relación adulta es gran medida la reproducción del tipo de apego que se tuvo en la infancia.es decir la satisfacciones afectivas necesitan dicha sensación protección de su apego (pareja); para explorar el mundo y desarrollarse personalmente. Los estilos de apego que se ven reflejados en la etapa adulta:
1. Estilo de apego seguro: relaciones confiadas y positivas
2. Estilos de apego ansioso: relaciones dependientes y continua necesidad de confirmación de que sea amado.
3. Estilo de apego evitativo: relaciones desconfiadas y distantes.
"los modelos sobre las figuras de apego y sobre el sí mismo gobernarán los deseos, expectativas, miedos, seguridades e inseguridades de un sujeto" |